martes, mayo 17, 2011

Neblina

La habitación estaba llena de un humo espeso, el olor a la hierba quemada, licor y cigarro. Tal vez no se podía ni ver, o tal vez sólo ellos no podían ver. Gritaban, desde cuadras afuera se les escuchaba: las chicas chillaban, los hombres mugían; entonces una decidió descansar en el sillón, otra se echó sobre ella, comenzaron a besarse, después se comenzaron a quitar la ropa, poco a poco, un hombre las miraba atentamente. Finalmente la tercera y última chica se lanzó alrededor de las otras dos, se acabaron de desnudar mutuamente, y un segundo hombre seguía fumando.
Un humo denso y de extraño color verde se avizoraba en uno de los departamentos de los edificios más altos de Lima. Un humo que crecía y crecía, comenzó como un hilo y continuó hasta ser una masa gigante y deforme.
Dice que fueron los policías y bomberos a ver qué sucedía en el interior del departamento. Tocaron insistentemente, nadie respondió. Rompieron la puerta y hasta eso, el humo verde se extendía ya casi por todo Miraflores, hacia el malecón, dominaba una pequeña parte del mar.
Los policías y bomberos que entraron en ese instante al departamento no fueron hallados hasta muchas semanas después. No se supo que encontraron al romper la puerta, pero ese humo verde inundó completamente cada centímetro del edificio: muchas personas que habitaban el edificio también desaparecieron.
Ya para esto, el humo ya poblaba todo Miraflores, Barranco y parte de San Miguel, y también una grande porción de mar. La alarma corrió entre las personas que estaban por esa zona. La visibilidad disminuía, ocurrieron muchos accidentes en ese momento.
Las mujeres siguieron teniendo sexo entre ellas solas. Uno miraba, el otro fumaba.
El humo verde llegó a su máxima fuerza, no se lograba ver absolutamente nada, todo era como avanzar a ciegas. Se escuchaban las sirenas, las alarmas, los policías, los gritos desesperados. La gente corría queriendo llegar a sus casas, se daban más choques, accidentes. Y el humo que no pasaba… Conforme iban pasaban los días iban apareciendo más y más cuerpos en la playa. El mar los iba trayendo de aguas lejanas, nadie se explicaba cómo habían podido llegar hasta allá. Estuvieron en esa orgía hasta el amanecer del siguiente día.
Y entonces, llegó a su cuarto y apagando su hierba vio por su ventana como una extraña neblina verde iba desapareciendo.

No hay comentarios: