martes, mayo 17, 2011

Te vas

Caminas tranquilo, lento, a paso calmado, no sientes apuro alguno, salió el sol pero igual hace frío, el clima siempre ha sido muy inestable y eso te incomodaba antes, pero ahora ya no te interesa, tu pasividad es innegable.
Ha pasado bastante tiempo desde que comenzaste a caminar, el día empieza a oscurecer un poco más, el sol se va, se vuelve todo más plomo, más gris, tal vez comience a llover, tal vez no. Sigues, paso, camino, paso, camino, la ves, dime tú si ahora la ves. No, no la ves, sólo fue una idea, llegas a Larco, el malecón, un mar de gente, y ahora dime nuevamente si la ves, de casualidad la puedes ver, no, no puedes verla aunque intentes.
Te sientas en una banca, estás exhausto, el brillo del sol se fue por completo, ahora todo es gris, caen gotitas chiquitas que te hacen despertar poquito a poquito de tu letargo. Piensas en todo lo que has caminado, en lo que viniste a hacer, en que lo que no hiciste y en lo que será de ti. Piensas mucho, caminas mucho, sientes mucho, frío.
A tu alrededor se mueven todos, sonrientes, malhumorados, tranquilos, calientes, sobrado, mirados, desquiciados y demás cosas. No te interesa, no sabes qué haces ahí.
Ahora la puedes ver, sabes que está cerca a ti, allí, en el borde, observando el mar, el triste mar que se viene y se aleja, allá en el fondo, en ese doblez de colores plomos medio azulados que es la combinación del cielo y el mar. Allí tal vez miraba ella, allí quería ir, siempre te dijo que su sueño era viajar, muy lejos, a donde la lleve el destino, sin rumbo definido, y ahora lo mira, mira ese punto sin fin.
Te acercas, vas junto a ella, la miras por atrás, sus cabellos, la volteas, le ves la cara, sigue igual de hermosa que siempre, ahora la ves, dime tú, ahora sí la ves, es obvio, está frente a tus ojos, presente, la tocas, es carne, es piel, es vida, felicidad, ahí está ella.
No se dicen palabra alguna, se miran, la quieres besar, como mínimo la quieres besar, por razones incomprensibles caminaste ahí y la encontraste, sabrá Dios cómo hace sus cosas, pero la encontraste.
Ahora ella viaja en búsqueda de su mar, se arremolina con el viento, te jala a ti de los labios, de los sueños, de la imaginación que te llevó a todas partes, a caminar tranquilo, sin inmutarse, ahora eres de ella, ahora la besas, ahora es tuyo, pero tú ya no eres de nadie, porque mueres, vas y no vuelves, ni volverás porque no estuviste acá, desde hace mucho tiempo, y te vas, te fuiste, sin ella, porque ella ya no estaba ahí.

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